Hace unos meses, no recuerdo cuántos exactamente, varios extras de una película de época no me dejaban dormir. Chicas con trajes escotados y chicos con sombrero y botines reían y gritaban a eso de las dos de la mañana. ¿Por qué soporté el ruido? Porque días atrás, alguien dejó un aviso en el buzón explicando que durante unos días se estaría rodando la adaptación al cine de la novela de Patrick Süskind, El Perfume. Y como este es uno de mis libros favoritos, acepté las desveladas de buen grado. De hecho, me pasé un par de veces a curiosear por la calle Ferrán para ver qué hacían. Y ahí estaban todos los extras disfrazados, la calle totalmente transformada. Era como echar un vistazo al siglo XVIII. Otra de las razones por las que me pasé por ahí, era porque se decía que Dustin Hoffman estaría para grabar sus escenas. Después se supo que no fue así. Total, que esperaba mucho el día que pudiera ver la vida de Jean-Baptiste Grenouille en la gran pantalla.
Siempre pensé que llevar al cine la obra de Süskind era algo difícil y peligroso y ahí está Tom Tykwer, director del film, para darme la razón y confirmar mis peores temores. El director alemán nos ofrece una adaptación fría, plana e insustancial y para más inri, larga. Ni las interpretaciones de Dustin Hoffman y Alan Rickman logran salvar la película.
En El Perfume de Tykwer se nos presenta a un Grenouille atractivo (a diferencia del libro) al que no se llega a comprender. La herramienta que utiliza el director es un voz en off que domina gran parte del metraje, sobre todo durante la primera parte del mismo. Se nos muestran imágenes mientras la voz (que es la misma que en Dogville) nos narra la historia y nos cuenta lo que está pasando por la cabeza de Jean-Baptiste. Y no han pasado diez minutos cuando ya dan ganas de bostezar. Hasta escenas tan salvajes como lo son la orgía y la muerte de Grenouille se tornan en melosas, cursis, sosas y aburridas.
Eso sí, visualmente la película está bien lograda.
Aquí les dejo la opinión de David Freudenthal, comparatista de la Universidad de Frankfurt especializado en Patrick Süskind, sobre el film.
Por mí parte tengo que advertirle a mi madre, fan del libro, que por ninguna razón se acerque al cine a ver la película, no lo restirá.
