Hace mucho que no me dejaba caer por una sala de cine. Muy mal, ya lo se. Pero ver en la gran pantalla la última obra de Guillermo del Toro lo ameritaba, y vaya si lo amerito. Del Toro consigue crear un mundo donde conviven la brutalidad de una guerra (más bien post guerra) y un mundo de hadas, que se nos presenta a través de los ojos de una niña que solo puede encontrar refugio en sus libros de cuentos.
Ofelia ve con preocupación a su madre enferma y embarazada, y con terror a su nuevo “padre” un capitán del ejército franquista, un hijo de puta de mucho cuidado.
Pero es el mundo fantástico el que le ofrecerá a nuestra nueva “Alicia” un rayo de esperanza.
Bueno, dejaré de contar la trama esperando que vayan al cine a verla. Pero he de decir un par de cosas: la primera es que con este film Guillermo se ha consagrado como un gigante del cine. Y la segunda, que es una pena que la producción del la película sea española y no mexicana como debería de ser, una lástima.
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