martes, septiembre 04, 2007

Perras de reserva


Después del festival de sangre y salsa barbacoa de Robert Rodriguez, llegó a los cines de mi ciudad la segunda mitad de Grindhouse, Death Proof de Tarantino. Llegó sin los fake trailers, lo que me molestó muchísimo. Pero fue empezar la película y empezar a gozar de ciento diecisiete deliciosos minutos conducido, casi hipnotizado, por un Tarantino superior, exquisito en todas las facetas. Los diálogos, la música, las chicas, el olor a gasolina, los sonidos de los motores, la velocidad y un genial Kurt Russel. Divertida, angustiante y tremendamente sexy.

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